Proyecto
«En esta vivienda, la cocina y el comedor compartían espacio, ya que la distribución era tipo loft. Pero la propietaria, la decoradora Ana Salort, quería independizar la cocina, aunque sin perder la comunicación visual con el resto de la casa. ¿Cómo lo consiguió? Construyó un tabique que alineó con otro pequeño de carga que ya existía (junto al mini office), y puso una cristalera fija que ocupa toda la mitad superior. Una original solución ideada para que la cocina no perdiese luz y resultase más amplia visualmente. Para potenciar ambas cosas, se eligió un mobiliario blanco y el frontal se revistió de losetas del mismo tono. En el suelo se puso una tarima en acabado roble que recorre los dos espacios.»
